Cuentos eróticos

El 19 de diciembre participaré en un cabaret de cuentos eróticos. Me lo propusieron y dije que sí, recordando además que los dos primeros relatos que conté en un café teatro fueron sexuales. Supongo que retomaré uno de aquellos dos cuentos.
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He buscado cuentos eróticos en la red, y lo que aparece así, de primeras, enrojecería a un carnicero. (Bueno, en realidad no, no me enrojece ni a mí, que puedo ser pacata a ratos) quizá no enrojece, porque ya no estamos para enrojecernos con nada, pero no entiendo que algunos de esos textos puedan erotizar sino a mentes algo perturbadas, pues no hay en ellos nada placentero, festivo o divertido.

Tampoco quiero perder el tiempo hablando de relatos supuestamente eróticos que no me erotizan. Sólo quiero mencionar que a pesar de que el sexo es una fiesta, y los cuentos son ámbitos extraordinarios, y la confluencia de estos dos hechos maravillosos debería generar placeres sobrehumíticos, muchas veces genera la aberración de no saber pisar lo extraordinario, llevando la fiesta a unos límites inadmisibles. Y me pregunto cómo somos tan tarugos.

Se me ocurre, así, a bote pronto, que el sexo es una de las cosas que más intensamente nos recuerda nuestra naturaleza animal, nuestra bestialidad... Y, todavía más evidente que el hecho de ser animales, nos recuerda que somos cuerpos. Y, aunque esto es así y lo sabemos, tenemos tendencia a rebelarnos contra esta falta de sofisticación, de glamour...

Sin embargo la fiesta nos espera, así que disfrutemos de nuestra corporeidad y de nuestra animalidad.








7 comentarios:

  1. Estamos sintocinadas. Hete aquí lo que estaba escuchando:
    No subestimes a esta bicha...

    Yo creo que la pornografía intenta borrar los cuerpos a toda costa, y hacer del sexo algo inócuo, inodoro, insípido y simplemente mecánico. ¿Extirpándole la animalidad, quizás? No sé. Extirpándole la sensualidad, la carnalidad y la complicidad, desde luego, es decir, extirpándole el sexo. Manda güevos.
    ¡Esa concha parece una flor de la O'Keefe!!

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  2. La concha es de O'Keeffe también. Pensé en poner una flor. O'Keeffe pinta las flores de una forma evidentemente erótica, además de que las flores no son sino sexos enormes vestidos de gala, pero me encontré con la concha y me sedujo.
    La pornografía, según la definición clásica, describe escenas sexuales para provocar la excitación del espectador. Lo que me sorprende es que pueda resultar más excitante el artificio de un coito pactado, que el hecho de que dos o más cuerpos se encuentren, casi sorpresivamente, en una fiesta común.

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  3. Hola, soy Aída; he visto el corto del carnaval de los animales, y me ha encantado. Sobre todo la última parte, que es el desfase total, y lo que más las narices copulantes (será porque las tengo grandes).
    Respecto a la pornografía, ceo que lo más hiriente no es su falta de carnalidad, porque entonces sería prácticamente inofensiva, sino que escenifica siempre Y DIGO SIEMPRE -aunque les guste a las mujeres- el sometimiento y revancha o venganza hacia ellas. Digamos que es una manera de recordarles quienes son y de que no se les ocurra moverse de su sitio, arodillándose a la Polla Folladora Deseante.
    Y la animalidad del sexo puede ser un arma de doble filo, precisamente en relación a este aspecto. Como no podemos decir que los animales no se violen entre sí, aunque haya violencia, tampoco podemos hablar de erotismo.
    El erotismo es exclusivamente humano -y creo que es de lo que más nos humaniza-; junto con la aparición de la agricultura y la familia, el sexo deja de ser mera cópula y se ritualiza en un sistema complejo de prácticas, que por supuesto, no excluyen la violencia. Pero para desarticular esa violencia resulta una trampa apelar a la animalidad. No son los animales los que nos dan una respuesta crítica, que pese a que tienen sensibilidad no erotizan, sino otra manera de entender y resignificar las prácticas sexuales, o la sensibilidad,..el afecto, el amor, el deseo,... Gracias a la creatividad literaria, artística, y cómo no... ¡Al cuentacuentos!
    Para mí, la fiesta erótica es siempre la búsqueda de una nueva sensibilidad, y eso significa creación, imaginación y ¡Arte?!

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  4. Hola Aída,
    muchas gracias por tu comentario.
    Tienes razón, el erotismo es exclusivo de lo humano, y apelar a la animalidad es un arma de doble filo. Estoy de acuerdo.

    Quería hablar de la inmensa cantidad de cuentos sexuales malos, desastrosamente escritos, hirientes, falsos... que circulan; que hay personas que pierden el tiempo en escribir porque hay muchas más que pierden el tiempo en leer.
    Y quería también poner el vídeo de la Pavlátová, porque me entusiasma. Supongo que el título me llevó a la animalidad, y pensé que de alguna manera todo el artificio del porno, su complicación, toda su falsedad, esa cosa como de plástico que tiene, niegan nuestra propia naturaleza.

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  5. Diti, sí, lo más hiriente es esa escenificación del sometimiento femenino que conlleva (cuando además hay una pretensión de deshinibición y liberación de los cuerpos, femenino y masculino) pero lo que más me desagrada al verlo es esa falta de poros y sudores.
    Esas señoras poniendo posturitas siempre me recuerdan a la Barbie, que desnuda sigue teniendo como un jersey pegado a la piel, como si estuviese envuelta en el plástico de envolver los alimentos, encorsetada y rígida. No sólo hay un sometimiento del cuerpo femenino ejercido desde el masculino, también hay un intento de neutralización de su fisicidad.

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  6. Voy a añadir algo que no deja de ser una estupidez y quizá ni lo publique cuando haya terminado de escribirlo... Pero, cómo se nota que Aída tiene una formación eminentemente filosófica y piensa siempre en las consecuencias políticas de las cosas, mientras Gema y yo tenemos una formación sobre todo plástica, y priman en nuestras apreciaciones las sensaciones inmediatas que nos producen los devenires de las cosas.

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