Los cuentos y el espacio

En una entrada anterior, muy cortita, dije que un cuento es un ámbito extraordinario.
Muy bien,
trataré de hablar un poco de ese ámbito.

Un ámbito es un espacio, delimitado.

Como el metro cuadrado de Gómez (La Buenas Inversiones, de Julio Cortázar):

El metro cuadrado de Gómez es un metro cuadrado más entre montones, entre miles, millones de metros cuadrados de terreno en todo el mundo. Sin embargo es extraordinario, lo es primero porque nadie vende un solo metro cuadrado de terreno, vender un metro cuadrado en mitad o al extremo de los otros metros cuadrados plantea problemas de catastro, de convivencia, de impuestos y además, es ridículo y no se hace, qué tanto.
Es extraordinario porque tiene petróleo.
Y, sobre todo, es extraordinario por ser de Gómez, y porque es donde coloca su reposera y se sienta a leer el periódico y a comer el choclo que se prepara en su calentador Primus.

Si preguntamos a alguien del pueblo dónde vive Gómez, nos mandará a su hotel. El hotel no tiene nada de extraordinario, pero Gómez no es ningún idiota y sabe que no se puede pasar el día y la noche reposando en su microterreno.

Pero su casa no es el hotel.

3 comentarios:

  1. ¿Qué tendrá que ver el metro cuadrado de Gómez con un cuento?.
    ¿Es que cualquier ámbito extraordinario puede ser comparado con un cuento? ¿o solo los que aparecen en otro cuento?.

    A mí me parecen lo mismo, pero yo hago asociaciones un tanto raras.

    Ese terreno no constituye la verdadera casa de Gómez, ya que se aloja en un hotel. Sin embargo su hotel no es su casa, sino el lugar ideal para dormir, cubierto, caliente, limpio, atendido... Pero Gómez se compra el metro cuadrado de tierra "para estar lo que se dice en casa".

    Para Ensimismari, la cuentacuentos, un cuento es eso, la verdadera casa.

    Cuando el cuento acaba, cada cual regresa a la suya.

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  2. Resulta muy sugerente que el valor de ese espacio no puede ser tasado de un modo definitivo. Todo depende del uso. Su valor, en principio nulo, se dispara ante la equívoca sugerencia que Gómez hace a los curiosos. Que la propiedad de ese terreno desciende proporcionalmente hasta el centro de la tierra. Lo cual da lugar a las especulaciones y acciones más disparatadas. Por ello creo que además de espacios los cuentos son artefactos capaces de producir efectos consistentes en los demás. Su valor de uso escapa a las intenciones del autor y provoca la reinvención y la ampliación del mundo que le rodea.
    Me gusta también la idea de que estos espacios, el metro cuadrado de Gómez entre dos fincas, aparezcan en los intersticios, en las grietas de otro tipo de espacios, más o menos convencionales. Allí donde se muestra que no todo encaja. Se abren camino desde la mundanidad, que es el primer mundo posible. No son espacios puros y perfectamente acotados, dedicados al cultivo de la creatividad demiúrigica. Y a lo mejor esa es la memoria y el lugar, abiertos de nuevo por él, que invoca todo relato.

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  3. Sin ánimo de ponerme pedante, hay una frase de Heidegger interesante:"El lenguaje es la casa del ser". Aplicado al lenguaje narrativo me parece totalmente acertado. Por contraste el dicho popular afirma: "Cada uno en su casa y Dios en la de todos". La unidad y la pluralidad de maneras y de estilos parecen armonizarse con este Dios que se distribuye sin conflicto por todas esas "casas"...
    Y hablando de algo más estrictamente literario o estilístico. Me encanta cómo adjetiva Cortazar, "Gomez era modesto y BORROSO",(genial), y como usa sintagmas y expresiones del lenguaje coloquial y oral " y además es ridículo y no se hace, qué tal". En ese sentido es bastante apropiado para el cuentacuentos.

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